Pendón

Perdón por lo que voy a contar sobre el pendón, es terrible, ha sucedido un accidente, pero no por culpa mía, sino de mi papá, bueno, indirectamente, pucha, no sé cómo explicarlo.

 

Resulta que mi mamá decidió vaciar el depósito y vender muchas cosas allí guardadas, mi padre le puso un ultimátum, lo que no se haya usado en estos dos años, ¡se va! O lo regalas, o lo vendes, o lo tiras a la basura.

 

Entre muchos artefactos de cocina, salió un antiguo pendón que alguna vez mi mamá usó para una feria escolar, cuando por ese entonces ella vendía tortas y galletas. El pendón y su soporte en aluminio fueron a terminar en la basura, aunque mi papá tuvo la precaución de cortar la parte del nombre y los datos personales.

 

El camión de la basura pasa los martes y los jueves tipo ocho de la mañana, pero desde mucho antes, los recicladores pasan revisando todas las canecas para sacar cosas que se puedan vender, como cartón, papel, botellas de plástico, etc. El pendón se lo llevó un reciclador.

 

Hacia las diez de la mañana entró una llamada de la policía.

 

—¿Usted es la dueña de la panadería?

—Sí señor, ¿qué se le ofrece? —respondió ella.

—Lo que pasa señora es que encontramos un pendón de su negocio sobre la avenida y ha causado un gran accidente.

 

En ese momento, mi mamá miró a mi papá con ojos desorbitados.

—Un motociclista perdió el control a causa del pendón, se estrelló contra el andén y salió proyectado contra el muro. La moto quedó tirada en la mitad de la calle y ocasionó un choque múltiple entre varios vehículos. Uno de ellos llevaba una niña menor que salió por el parabrisas.

 

Mi mamá se llevó la mano a la boca, no podía creerlo. En ese momento, recordó que el pendón tenía el logotipo de su marca en la parte de arriba con el teléfono de contacto. Mi papá había recortado el pie de página del pendón, no se fijó en la parte superior. 

 

—¿A usted se le cayó la publicidad señora? —preguntó el policía.

—No señor, ese pendón lo tiré a la basura anoche. Algún reciclador debió cogerlo y tirarlo a la calle. ¿Y cómo se encuentra el motociclista y la niña?

—El señor está en el hospital, tiene fracturas severas. La niña, no sabemos si sigue con vida.